Son verrugas provocadas por el virus del papiloma humano (VPH), lesiones que no son graves pero muy contagiosas. Las piscinas, los gimnasios o los colegios suelen ser los lugares en lo que más posibilidades hay de transmisión. Este virus se introduce en el organismo aprovechando pequeñas heridas, cortes o grietas que se han producido en la piel. En el inicio de su crecimiento comienzan a salir una serie de papilas capilares y terminaciones nerviosas a su alrededor, lo que le da un aspecto de coliflor.
El papiloma en la planta del pie tiene unas características propias: es plano, tiene en el centro una parte más dura y produce dolor al caminar. Puede aparecer una lesión única o surgir en forma de racimo.
Cómo saber si tienes un papiloma en el pie: síntomas
Los papilomas en el pie suelen aparecer en los lugares que más peso soportan, como los talones o las almohadillas. Debido a la presión ejercida al estar de pie o caminar, generalmente se forma un callo, creciendo la verruga plantar por debajo de este. Para poder eliminarlos hace falta la ayuda de un especialista en este caso podólogo ya que el tratamiento requiere de revisión médica.
Los principales síntomas de un papiloma son:
- Aparición de una protuberancia gruesa y áspera en la planta del pie.
- Forma de coliflor y un color grisáceo o marrón.
- Puede aparecer solo o con forma de racimo junto con otras verrugas.
- Produce molestias a la presión siempre y cuando esta este recubierta de dureza. Sin en cambio al pellizco siempre produce dolor, que mejora a presionar la zona.
Tratamiento
Los tratamiento más utilizados son:
Crioterapia. Con nitrógeno líquido a una temperatura de -196 grados se congela y destruye la verruga plantar. Dependiendo del tamaño que tenga el papiloma en pie se necesitan diferentes aplicaciones de nitrógeno. Es importante tener en cuenta que tanto si es una verruga en el pie como en la mano, ambas zonas están recubiertas de una gruesa capa de queratina. Por este motivo primero se recomienda quitar el exceso de piel con un bisturí hasta que aparezcan los puntos sangrantes y después aplicar el nitrógeno, tanto en la lesión como ampliando sus bordes.
Además del nitrógeno líquido los especialistas también utilizan otros productos como el ácido salicílico al 15%-40% en forma de ungüento tópico. Con este producto se van quitando las capas de piel poco a poco.
Si ninguno de estos dos métodos funciona el especialista puede recomendar otros como la aplicación de ácido tricloroacético, la cantaridina, el tratamiento con láser para quemar los pequeños vasos sanguíneos que están cerrados o, en casos más raros, la cirugía menor la cual se suele evitar por la mala cicatrización que queda después de quitar el papiloma y que realiza más daño en la vida del paciente que el propio papiloma.
Contagio
Los papilomas son muy contagiosos. El contagio se produce piel con piel, por eso es importante tomar precauciones para evitarlo. No andar descalzos por zonas públicas es la principal medida que se debe considerar. Asimismo, es importante que la parte infectada no entre en contacto con otras zonas sanas, para que el virus no se propague.
Tomar medidas ayuda a evitar el contagio. Algunas de ellas son:
- Intentar siempre ir calzados en zonas comunes como piscinas o duchas.
- Secarse bien los pies.
- Utilizar calcetines y calzado que transpire.
- Ventilar el calzado después de usarlo.
- Vigilar que no aparezca ninguna grieta en la planta del pie.
- Limpiar la ducha una vez utilizada con lejía pura.
- No intercambiarse ni zapatillas ni calcetines con ninguna persona a pesar de ser el miso núcleo familiar.
Es muy importante que a la aparición de los primeros síntomas se acuda al especialista para que valore y determine el tratamiento cuanto antes.
Este texto ha sido revisado por la podóloga en Medicur, Ana Belén Soriano.