El 24 de mayo es el día nacional de la epilepsia en España, una enfermedad de las llamadas “silenciosas”, ya que muchas personas temen contar que les ocurre, o ni siquiera saben que la están padeciendo por el desconocimiento que hay en la gran mayoría de la sociedad. Sus síntomas pueden ser asociados a ataques de ansiedad u otras problemáticas, sin caer en cuenta de que se trata de epilepsia. Según un informe de la FEEN (federación española de enfermedades neurológicas) en España 8 de cada 1.000 personas sufren esta enfermedad. Pero el colectivo más vulnerable son los niños. ¿Quieres saber cómo detectar la epilepsia en los más pequeños?
La epilepsia infantil es uno de los trastornos mentales más frecuentes en la infancia. La mayoría de casos superan este problema en la adolescencia. Sin embargo, en algunos la epilepsia persiste en estos años y puede dificultar mucho la vida de los niños que la padecen.
¿Qué es la epilepsia?
Esta enfermedad consiste es un trastorno del cerebro que provoca que la persona que padece de epilepsia repentinamente sufra de convulsiones recurrentes. Estos ataques o convulsiones se originan debido a cambios en la actividad eléctrica y química en el interior del cerebro. Las causas de estas convulsiones tienen orígenes muy diversos, como por ejemplo:
- Lesiones del cerebro (incluyendo lesiones internas de la cabeza o infecciones producidas en estas heridas)
- Envenenamiento
- Problemas en el desarrollo del cerebro antes de nacer
También hay varios tipos de convulsiones, que pueden variar según su duración e intensidad. Algunas son bastante cortas ya que apenas duran segundos, y en cambio otras pueden durar hasta varios minutos. Las diferencias entre los tipos de convulsión que puede sufrir una persona principalmente dependen de la zona del cerebro que origina esa convulsión o la cantidad de tejido cerebral implicada en ese ataque.
¿Cómo se diagnostica epilepsia?
Es una enfermedad sin una base clara, ya que en 7 de cada 10 casos de epilepsia infantil, no se puede identificar causa alguna, en el resto hay algunos elementos en común:
- Problemas del desarrollo cerebral en el embarazo.
- Falta de oxígeno durante o después del parto.
- Traumatismos craneoencefálicos.
- Tumores cerebrales (muy poco habituales en niños pequeños).
- Una convulsión a causa de la fiebre muy prolongada.
- Encefalitis o meningitis.
- Epilepsias en el historial familiar.
Un médico especialista puede considerar un cuadro de epilepsia en un menor si presenta algunos de estos síntomas:
- El niño ha sufrido una o varias convulsiones
- Cuando se determina que es muy probable que el niño sufra de nuevo otra convulsión
- El origen de la convulsión no está en otro problema médico, como la diabetes o una infección grave
Tipos de epilepsia
Además, también hay diferentes tipos de crisis, que se pueden clasificar de la siguiente manera:
- Convulsión focal: se identifica así cuando las descargas eléctricas se producen en una parte concreta del cerebro.
- Convulsión generalizada: este caso se produce cuando afecta a todo el cerebro a la vez y pueden causar -o no- pérdida de conocimiento en el momento del ataque.
Las crisis causadas por la epilepsia pueden darse de diferentes maneras, como las siguientes:
- Crisis de ausencia: el pequeño se queda desconectado, con la mirada perdida y ausente durante unos segundos.
- Convulsión generalizada: esta se produce cuando se da una pérdida repentina del conocimiento, por lo que puede caer al suelo, causando además rigidez y sacudidas de brazos y piernas.
Tras estas crisis que presenta la epilepsia, el niño puede quedarse aturdido o somnoliento durante unos minutos.
Otros síntomas que pueden producirse son: aturdimiento, caminar sin rumbo fijo, hablar de manera confusa, mareos o desmayos, sacudidas repentinas de una o varias partes del cuerpo o hacer sus necesidades encima.
Tratamiento de la epilepsia infantil
Por suerte para las familias, existen tratamientos para combatir la epilepsia en niños. Tras un reconocimiento a raíz de los primeros síntomas, y un diagnóstico que determine la fuerza de los ataques, los niños deberán ser tratados con medicamentos. Conviene recordar que es un tratamiento que depende de cada niño, ya que los síntomas pueden ser muy diferentes de un caso a otro.
No todos los niños responden al tratamiento de la misma manera, pero estos fármacos -llamados medicamentos antiepilépticos (MAE) o fármacos anticonvulsivantes- ayudan a reducir y paliar los síntomas. Para que los medicamentos tengan un efecto duradero en los síntomas del pequeño, debe producirse un tratamiento continuado hasta que los agentes químicos presentes en el cuerpo del paciente empiecen a tener presencia suficiente.
El tiempo de recuperación del niño, vuelve a depender de cada caso, pero nunca se debe suspender el tratamiento salvo prescripción médica.
En Medicur contamos con especialistas cualificados para tratar esta enfermedad, así que si estás buscando ayuda contra la epilepsia en niños o en adultos, contacta con nuestros centros y te ayudaremos.