Las vacunas algunas veces se comparan con el agua potable, por los beneficios que han aportado a la población mundial. Las vacunas protegen a los niños frente a enfermedades como la difteria, el sarampión, las paperas o la tos ferina. Las vacunas recrean la enfermedad sin producir la infección, y de esta manera estimulan el sistema inmunitario para que este desarrolle defensas que actuarán en el momento en que se contacte con el microorganismo que produce la infección y la enfermedad.
Si no se vacunan, los niños y los adultos son vulnerables a las enfermedades y sus complicaciones, y pueden llegar a morir. Si bien es cierto que desarrollamos anticuerpos si pasamos por estas infecciones de manera natural y por ende estaremos inmunizados, las vacunas son mucho menos peligrosas, sobre todo respecto al virus de la rubeola y el poliovirus que, al enfrentarnos a ellos de manera natural, pueden producir graves déficits cognitivos y parálisis irreversible. Según la OMS (Organización Mundial de Salud) se evitan entre dos a tres millones de muertes al año gracias a estas inyecciones. Hay enfermedades que han desaparecidas del mapa y otras que al menos ya están muy controladas.
Pensamos que vacunamos contra el sarampión para no padecer esta enfermedad, pero el alcance es mucho mayor que solamente eso. Enfermedades como la encefalitis, que puede causar daño cerebral, en considerables casos están causadas por infecciones virales de sarampión, enterovirus o poliomielitis. El grupo de mayor riesgo son los bebés menores de un año. La encefalitis no se puede prevenir, pero se puede intentar evitar riesgos innecesarios y en gran medida se previene la encefalitis a través de las vacunaciones contra virus frecuentes en la edad infantil.
Igual que no se puede irrumpir un tratamiento con antibióticos, no se puede dejar ninguna vacuna incompleta. Es muy importante ponerse todas las dosis recomendadas. Recientemente hay un brote de sarampión en Barcelona que ya afecta a varios adultos, todos ellos con su vacuna contra el sarampión incompleta. Aunque España tiene la acreditación de ser uno de los 42 países europeos libres sarampión, algunas veces aparecen casos aislados como éste. El Ministerio de Salud recomienda que personas adultas que no estén correctamente vacunadas reciban las vacunas oportunas para ni contagiar ni ser susceptibles a ser contagiados. Recordamos hace 12 meses también hubo un brote de sarampión en Barcelona que fue importado de China.
Nos parece importante hablar del hecho de que algunos padres deciden no vacunar a sus hijos por estar convencidos que los niños no vacunados gozarán de mejor salud en el futuro. Algunos consideran que las vacunas no funcionan, que son tóxicas y que solo se inventaron para enriquecer a las farmacéuticas. Muchos de ellos se basan en el estudio KIGGS que comparó datos de niños vacunados con los no vacunados entre los años 2003-2006 y llegó a la conclusión que los niños no vacunados sufren menos enfermedades infecciosas y menos alergias. El mencionado estudio no se basa en pruebas científicas sino solamente en una encuesta que la componían 13.359 niños que estaban vacunados y 94 que no. Partiendo de una muestra no representativa, además analizando los resultados de la encuesta, las diferencias entre un grupo y otro no son significativas. Es imposible saber si los niños vacunados tienen mejor o peor salud que los no vacunados. Igualmente hay un sinfín de artículos muy interesantes por pediatras españoles defendiendo la importancia de vacunarse. Os recomendamos que busquéis #LasVacunasSalvanVidas.
Frente a estos padres antivacuna, estamos seguros que muchos padres estarían muy contentos si existiese una vacuna contra la bronquiolitis que afecta a tantos bebés en Andalucía. Las principales infecciones respiratorias son causadas por los virus de la bronquiolitis y neumonía. Por ello los investigadores llevan años trabajando en una vacuna contra el virus respiratorio sincitial (VRS) que causa entre el 60 y el 80% de las infecciones respiratorias graves en bebés, y es también el principal causante de la bronquiolitis.
Puede que estés preocupado por los posibles efectos secundarios de las vacunas, pero puedes estar tranquilo. Gracias a la investigación, las vacunas son cada vez más seguras y los efectos secundarios son muy raros. Las vacunas se someten a rigurosas pruebas y un seguimiento continuo de sus posibles efectos colaterales. Los raros casos de efectos colaterales son investigados inmediatamente, pero al ser productos biológicos que administramos a nuestro cuerpo no deja de existir un riesgo. Si os preocupa la administración de varias vacunas a la vez, solo cabe destacar que un niño se enfrenta a un número más alto de antígenos, sustancias ajenas a nuestro cuerpo que el sistema inmunológico reconoce como una amenaza, cuando pasa por un resfriado que cuando se vacuna. No obstante se recomienda postergar la vacunación programada en caso de presentar ya síntomas de enfermedad. Si tu niño tiene fiebre o toma medicamentos, consulta con tu pediatra antes de pedir cita para la vacuna prevista.
Tras leer este post, por favor, asegúrese de que su hijo lleva al día el calendario de vacunaciones sistemáticas recomendado por su pediatra. Para el año 2018 se mantiene el calendario vacunal con alguna modificación.

Calendario de vacunación infantil de Andalucía 2018.
Fuentes: Organización Mundial de la Salud; Afectadosxvacunas; Infosalus;
Imágenes: Pressfoto/Freepik y Junta de Andalucía
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