Durante el verano se realizan más actividades de ocio al aire libre y existe generalmente una mayor exposición a la luz del sol y a otros posibles factores irritantes de los ojos como el aire acondicionado, el ambiente seco y el disfrute de playas y piscinas. Estas son las principales circunstancias responsables del incremento del riesgo de sufrir o ver agravadas las afecciones en los ojos durante este periodo del año.
Hemos de cuidar los ojos durante todo el año, pero es cierto que en verano tenemos que tratarlos con mucha más precaución. ¿Por qué? Lo primero que seguro que te viene a la cabeza es el sol, ya que la potencia de los rayos UV es muy fuerte en esta estación. La radiación solar se distribuye entre la infrarroja que trasmite básicamente calor, la luz visible y la radiación ultravioleta (UV). Esta última es la más peligrosa porque lleva mucha energía y puede alterar las moléculas de ADN del cuerpo humano y ocasionar enfermedades especialmente en la piel y en los ojos.
Los ojos son extraordinariamente sensibles al sol y pueden afectarse en sus distintos tejidos. A nivel de la conjuntiva pueden presentar sequedad y ocasionar la aparición de pinguéculas y pterigium. La pinguécula es una mancha o abultamiento de color amarillo en la conjuntiva. Enrojecimiento, sequedad, irritación, cambios en la refracción ocular y en casos graves problemas de visión son los síntomas que pueden presentar estos trastornos de forma leve y transitoria, que no obstante pueden permanecer asintomáticos.
En la córnea pueden producirse queratitis actínicas superficiales que producen picor, ardor, visión borrosa, sensibilidad a la luz y sensación de arenilla. Ello se debe al reflejo de la luz en el agua que va a aumentar la radiación recibida por el ojo en el mar y en las piscinas. También pueden favorecer la aparición de cataratas a medio o a largo plazo por la agresividad de la radiación recibida por el cristalino.
El ojo seco se presenta más a menudo y se disparan las consultas en verano, se produce a consecuencia de la alteración de la película lagrimal. La alteración en la producción de la calidad de las lágrimas daña la superficie interpalpebral provocando desequilibrio y desprotección de la superficie ocular. Por ello es aconsejable una visita al oftalmólogo para evitar sus molestias y determinar si existe otra patología de mayor envergadura. En estos casos, el aire acondicionado, el cloro de las piscinas, el polvo en suspensión y las lentillas de contacto se convierten en enemigos de la salud oftalmológica.
También se han de considerar la presencia de enfermedades generales previas de los pacientes que sin saberlo toman medicamentos fotosensibilizantes que pueden estar recibiendo por prescripción médica, sin que estén informados de este hecho, como antiinflamatorios, antihistamínicos, anti ulcerosos, anticonceptivos, antihipertensivos, hipolipemiantes, psicofármacos, antibióticos o antidepresivos, entre otros.
Pacientes que padezcan glaucoma y utilicen colirios; portadores de lentes de contacto o que hayan sido intervenidos de cataratas, retina, párpados o cualquier otra cirugía refractiva también deberían visitar al oftalmólogo si manifiestan síntomas molestos.
Sin embargo, el sol no es el único aspecto determinante. Lo cierto es que el aire acondicionado y el calor seco de determinadas zonas tampoco son buenos para tus ojos. Tambiénbañarse en la piscina o en el mar requiere tomar ciertas precauciones. Esto se debe a lo irritante del cloro y a las bacterias que puede haber en la playa. Por otro lado, el hecho de que llueva menos favorece la incidencia de alergias (las alergias son más frecuentes en primavera). Por eso, depende de cuál padezcas, también tendrás que extremar los cuidados.
Algunas recomendaciones
Con estas sencillas recomendaciones podemos evitar las molestias y minimizar los riesgos de sufrir una enfermedad ocular en verano.
- Lleva gafas de sol
- Lleva un sombrero
- Usa gafas de buceo
- Lava tus ojos a menudo
- Parpadea a menudo
- No mirar directamente al sol
- Ante la persistencia de molestias visita al oftalmólogo
Lo más importante es que ante cualquier señal de todas las citadas que indique la posibilidad de una afección ocular es recomendable visitar a un oftalmólogo. Porque la salud de nuestros ojos lo merece.
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