Con motivo del Día Internacional de la Mujer, desde Medicur queremos realizar un análisis de la situación femenina en el sector sanitario al cual pertenecemos, como centro médico de especialidades médicas y de odontología integral y donde aproximadamente el 61% de la plantilla son mujeres, las cuales están presentes tanto en el equipo directivo, dirección médica, en las distintas especialidades, como en el ámbito de la gestión y atención al paciente.
A día de hoy se considera según las estadísticas un sector feminizado ya que el porcentaje de mujeres frente a hombres supera el 55 por ciento. Esto quiere decir que 798.400 féminas entre enfermeras, médicas, auxiliares… ocupan este sector según el Boletín Estadístico del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas. Pero esto no siempre fue así.
Si bien las mujeres tradicionalmente han estado presentes en este sector de los servicios, hasta hace poco lo habían hecho siendo mayoría en las categorías de menor responsabilidad, mientras en los puestos de mayor calificación profesional era habitual encontrar hombres.
Durante años, siglos, las mujeres han realizado una labor poco reconocida pero inconmensurable dentro de la sanidad española. Sin embargo, sus nombres apenas aparecen en los libros de Historia
Tampoco han conseguido ocupar altos cargos con facilidad ni ser reconocidas como el motor del sistema de salud. Médicas, enfermeras, farmacéuticas y científicas españolas han sido invisibles en muchas ocasiones, pero fueron ellas quienes abrieron el camino a las mujeres que hoy en día sustentan la Sanidad
El camino no ha sido fácil. Y aún hay que saltar para poder romper el techo de cristal, pero cada vez más mujeres lideran el sector sanitario en España.
La catalana Dolors Aleu i Riera consiguió asistir a la Facultad de Medicina en 1874, aunque debió de hacerlo escoltada. Terminó la carrera cinco años después con un expediente brillante.
En los últimos años se constata un proceso de feminización en la profesión médica ya que ha crecido tanto el número de mujeres que estudian esta profesión como el número de mujeres que la ejercen.
Según los Colegios Oficiales de Médicos y el INE, la sanidad española está entre las más feminizadas pues prácticamente la mitad del personal médico del SNS (49,77 por ciento) son mujeres y el 79 por ciento en enfermería. Algo similar sucede entre las auxiliares, e incluso en algunos servicios técnicos sanitarios también empiezan a ser mayoría las mujeres. El futuro inmediato que se avecina acentúa esta creciente feminización de la Sanidad pues se presentan más mujeres al MIR, y aprueban más porque en la facultad son más numerosas y con mejores calificaciones. La feminización de los servicios sanitarios es un reflejo de lo que está sucediendo en la universidad.
Desde que en las facultades públicas de Medicina se ingresa por estrictos méritos académicos, la presencia de mujeres en las relacionadas con la Salud, y en concreto en la de Medicina, no ha hecho más que crecer.
La otra cara de la realidad es que la presencia porcentual mayoritaria femenina no es similar en todos los niveles de salud, ya que decrece a medida que se asciende en la escala piramidal de dirección y de responsabilidad. También es desigual la presencia femenina por especialidades.
Podemos analizar y es necesario hacerlo, a qué es debido dicho desequilibrio, a favor de los varones, cuando se trata del acceso a los puestos directivos y de mayor responsabilidad. Es posible que ello obedezca a que los puestos en las altas esferas estén ocupadas por personas de mayor edad. Otra cuestión a tener en cuenta es el impacto de la natalidad y las consecuencias de la maternidad como cuidadora; la responsabilidad permanente de los hijos y el cuidado de los mayores que hace que durante unos años se ralenticen sus carreras profesionales. Porque ellas no quieren ni suelen poder realizar jornadas maratonianas debido a esas responsabilidades.
Las mujeres del ámbito sanitario siguen teniendo dificultades para conciliar la vida laboral con la familiar. Y esta cuestión es de vital importancia para nuestra sociedad en general y en concreto para el sector sanitario, sector que se constata cada vez más feminizado y que tendrá que hacer frente al aluvión de jubilaciones que se prevé en los próximos años lo que conllevará a una demanda aún mayor de la mujer en todas las especialidades. Es una cuestión de toda la sociedad; se tendrá que abordar de otro modo la conciliación para que las profesionales sanitarias, no tengan que hacer un parón laboral que lastra luego su carrera profesional y que va en detrimento de la calidad asistencial de nuestro sistema de salud.
El reto es adaptarse a esta nueva situación, a esta nueva realidad. Conseguir y facilitar la formación continuada de este nuevo colectivo profesional, un aspecto importante ante el nuevo perfil de los médicos, y lograr fomentar o que, al menos, no se detenga la carrera profesional de las mujeres. El debate en nuestro sector, el sanitario, no recae en la cuestión de “genero” sino en la excelencia del personal que conforma este sector, hablar de igualdad o no igualdad no es el tema. El hecho de la feminización de la profesión médica en sí mismo no sería malo ni bueno, sino analizable para tomar decisiones en función de la eficiencia del propio sistema sanitario. ¿Qué cambios se producirán en el ámbito sanitario? ¿serán ellas quienes se adapten al sistema vigente o viceversa? ¿cómo se conciliará la vida familiar? ¿cómo se gestionará la baja maternal? ¿Cómo conseguirán las mujeres que su carrera profesional no se malogre cuando por decisión propia decidan hacer frente a sus responsabilidades familiares? La excelencia de nuestro sistema de salud va a depender de su capacidad para hacer frente a cuestiones que si son cuestiones de género.